Cuando tomamos decisiones como equipo, operamos en un timing diferente al de las decisiones de liderazgo. Con decisiones de liderazgo, me refiero a aquellas que surgen del trabajo en equipo habitual, donde los protagonistas son el líder y su equipo. Estas decisiones carecen de la versatilidad y el margen de éxito que poseen aquellas tomadas por equipos donde el líder es uno más de la estructura.
La Analogía con el Deporte: Lecciones para el Mundo Empresarial
Las decisiones provenientes de un equipo y su líder tienen menos capacidad de adaptación y rapidez, ya que el punto de inflexión final proviene de una sola persona, un solo talento, que guía la acción del equipo. Imagina un equipo deportivo donde todas las decisiones pasan por el entrenador; sería imposible lograr éxito en cualquier competición. Son los deportistas quienes son los protagonistas de esas decisiones constantes que permiten adaptarse a la exigencia de cada momento.
De manera similar, el éxito es limitado cuando las decisiones están guiadas por un líder de equipo, ya que su falta de versatilidad impide mejorar las posibilidades de éxito. Los resultados en la actualidad están estrechamente relacionados con la velocidad y adaptación de aquellos que toman decisiones y las ejecutan, no con aquellos que tienen grandes ideas y las canalizan a través de los equipos para hacerlas realidad.
El rendimiento reside en la acción y las decisiones vinculadas a sus resultados, no en la ocurrencia del liderazgo propuesto para compartir en equipo, decidir y ejecutar. Este tipo de liderazgo pierde una parte determinante de la realidad para marcar la diferencia, ya que nunca tendrá el mismo nivel de contacto continuo que tiene todo el equipo.
El líder no está para proponer y guiar al equipo; el líder está para competir junto a él.
La Importancia de las Decisiones en Equipo
El éxito de un equipo radica en la capacidad de tomar decisiones conjuntas, donde el líder es uno más de la estructura. En contraste, las decisiones lideradas por una sola persona carecen de la adaptabilidad y rapidez necesarias. Analogía deportiva: un equipo no puede prosperar si todas las decisiones dependen del entrenador. La clave está en la velocidad y adaptación de quienes deciden y ejecutan, no solo en las ideas del líder. El rendimiento se encuentra en la acción del equipo, no en la ocurrencia del liderazgo que propone, decidir y ejecutar. El líder, al perder el contacto continuo con la realidad del equipo, limita las posibilidades de éxito.