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La Otra Jugada De Tu Equipo

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La Otra Jugada De Tu Equipo

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¿Alguna vez te has preguntado por qué, a pesar de tener un organigrama de trabajo bien definido, las cosas no salen como esperabas? ¡Te sorprendería saber que no estás solo! Muchos de nosotros nos enfrentamos a esta situación en nuestro día a día. Incluso en los momentos en los que más necesitamos un rendimiento excepcional, nos encontramos con obstáculos inesperados.

¿Cuál es la razón detrás de esto? Principalmente, se debe a que nuestros organigramas de trabajo suelen ser inflexibles como una piedra. Ya sean planos, circulares, cuadrados o en forma de rombo, todos tienen algo en común: solo funcionan en teoría. La realidad, sin embargo, es muy diferente. Existen diversos factores, como la toma de decisiones, los métodos de trabajo y los propósitos que influyen en la forma en que nos organizamos, y que van en contra de la estructura teórica que hemos establecido.

Peter Drucker solía decir que la cultura se come a la estrategia en el desayuno. Es decir, las adaptaciones que realizan los equipos para que la definición de puestos, tareas, posiciones y flujos de trabajo funcionen en la práctica son las que generan resultados tangibles. Pero es que la realidad se cena a la cultura cada día.

Podemos contar con una estrategia bien definida, pero si los hábitos arraigados en nuestro equipo no concuerdan con ella, los resultados no serán los esperados. Y, desafortunadamente, nuestros equipos tampoco disponen del tiempo necesario para consolidar sus métodos de trabajo “reales” en base a la cultura que suele regir nuestras acciones.

Y esto ocurre, porque cuando los equipos se enfrentan con la realidad, esta desafía sus prácticas habituales, continuamente. Es como si un equipo deportivo quisiera jugar con un sistema de juego en una competición, pero las formas habituales de toma de decisiones de los deportistas solo se asemejaran vagamente a ese sistema con el que intentan conseguir resultados. Y encima, estas formas habituales de funcionar solo serán efectivas durante un tiempo limitado, ya que tendrán que adaptarse rápidamente sobre la marcha para poder seguir compitiendo.

Puede parecer complicado, ¿verdad? Pero esta es una realidad innegable que debemos aprender a comprender en detalle: la estrategia se ejecuta en función de la cultura, y la cultura perdura según lo que la realidad exija. Por lo tanto, es crucial comunicarte con tu equipo para evaluar cómo están llevando a cabo realmente el plan estratégico (que deberías haber creado junto con ellos) y cuánto de lo que están haciendo para lograrlo deberán cambiar, adaptarse o flexibilizarse. Y lo más importante, con que frecuencia y eficiencia debe de hacerlo. Ahí es donde radica la clave del compromiso y el rendimiento.

 

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