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Juega fácil. El punto de partida en la organización empresarial.

Tiempo de lectura: 2

Juega fácil. El punto de partida en la organización empresarial.

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El entrenamiento es la base

Mi entrenador nos lo decía constantemente. Con todo lo que entrenábamos cada día, los diseños tácticos de las jugadas, las complejidades técnicas de los movimientos y la carga física que teníamos que soportar para conseguir ejecutarlas, con todo eso, entrenado al 100%, cada día, en cada entrenamiento, al final, la instrucción en competición era “juega fácil”.

Porque si estás entrenado e intentas hacer aquello para lo que te has preparado “buscándolo” no lo vas a conseguir. Pero, ni en un equipo deportivo, ni en un equipo empresarial. Todo lo aprendido, entrenado y perfeccionado, no ocurre en la competición o en el día a día del equipo empresarial porque hay unas condiciones externas e internas que lo impiden.

 

el juego facil ayuda a las empresas a mejorar sus equipos

 

De la teoría a la práctica

Nunca podrás alcanzar en el entrenamiento el nivel de simulación adecuado para repetir una estrategia o un sistema de trabajo, y que te funcione. Hay condiciones psicológicas, físicas y técnicas que están en constante cambio e impidiéndolo. No es nada nueva en el deporte pero en los equipos empresariales parece que hemos descubierto la pólvora con la combinación entre bienestar del equipo y la forma de organizarnos y de hacer para operar la empresa.

Porque en las empresas hemos ido a controlar esa realidad o a adaptarnos a ellas con procesos de trabajo, procedentes de crear una cultura empresarial que intente estar presente en todas las estrategias que son representadas por esos procesos. Procesos, que están incorporados a organigramas de trabajo que nos ofrecen seguridad y orden para el desarrollo del trabajo diario.

Falsa realidad, en mi opinión. Los organigramas son la imagen formal de cómo deseamos que se organice la empresa, pero no es la realidad; existen roles y tareas paralelos que son los que realmente marcan el ritmo de los resultados de los equipos. Y los flujos de trabajo con los que les damos vida a esos organigramas, tampoco son reales, ni con todos los proceso de calidad que queramos incorporar, hay “formas de hacer” paralelas que generan los resultados finales, o al menos, influyen en ellos de forma decisiva. Incluso, en una cadena montaje.

Parece “liosa” esta descripción que he hecho de los procesos de trabajo de una empresa, pues juguemos fácil. Creemos jugadas y luego, confirmémoslas con nuestros equipos. No quiero decir que no tengan que existir los organigramas, los sistemas de operaciones, los procesos de trabajo… no es esa la cuestión. La idea es que una vez definidos, lo que tenemos no es la forma de operar el negocio, como siempre creemos, para nada. Es solo el inicio de cómo vamos a competir.

En la alta competición deportiva las estrategias, las tácticas que le dan forma y las jugadas que las hacen posible solo son la base para que los deportistas y los equipos tomen decisiones de rendimiento, no para que las repitan sin más esperando un resultado. Porque si solo repitiendo las formas de hacer y de organizarnos fuera suficiente, todos jugaríamos como Michael Jordan,

¿verdad?

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