“Tomar decisiones es una acción razonada y guiada por nuestra capacidad analítica consciente.”
No estamos de acuerdo con dicha afirmación.
La toma de decisiones, desde nuestra experiencia en el mundo del deporte, siempre la hemos vivido como una “intuición guiada”.
Los profesionales del deporte ante una situación deportiva determinada, la evaluarán, obtendrán la máxima información que puedan sobre ella e intuitivamente tomarán una decisión.
A veces, y por la lógica del contexto en décimas de segundo y otras veces, en días o semanas.
Tomar decisiones en el mundo de la empresa es similar.
Un directivo, a la hora de abordar una situación concreta, recabará toda la información necesaria antes de actuar y se dejará llevar por su experiencia en la toma de decisiones similares a la que se le presenta.
En ambos casos -deportistas y ejecutivo- esa “intuición guiada” a la que nos referimos (y que podríamos definir como la suma entre la experiencia y ese pálpito que nos impulsa a optar por una opción determinada) será la que determine en gran medida cómo abordar dicha situación.
Veamos a continuación, cómo se trabaja el proceso de toma de decisiones en la empresa y el deporte.
Tomar decisiones en el deporte. Etapas
Cuando decimos que el deportista evalúa la situación, nos referimos a que recogerá información en forma de datos que le ayude a conocer a qué se va a enfrentar en ese momento.
Sin esa referencia objetiva de la situación, difícilmente podrá decidir con acierto y estaría “compitiendo a ciegas”, que es lo que ocurre en la empresa cuando los directivos no aciertan a buscar información objetiva y toman decisiones basadas en sesgos e impresiones.
Este modelo de decisión, se paga caro en el deporte. En el mundo de la empresa donde todo lo que ocurre es menos visible, se le echa la culpa al de al lado o a la incertidumbre del entorno y santas pascuas.
Una vez evaluado y casi al mismo tiempo, los deportistas utilizan el feedback del entorno en el que tienen que decidir. Ese feedback procede del entrenador, los rivales, los compañeros o los entrenamientos, y les sirve para matizar y perfilar toda la información acumulada de la evaluación.
Finalmente, todo lo anterior consigue que el deportista tome una decisión avalada por la intuición, que no es más que todas las decisiones y resultados que ya ha vivido tanto en el entrenamiento como en la competición y que están guardadas en el “disco duro” de su cerebro.
Cómo aplicar la toma de decisiones en el deporte a la empresa
Las bases para tomar de decisiones en una empresa es muy similar al ejemplo que te acabamos de explicar del deportista de élite.
Cuando se presenta una situación en vuestra organización ante la que se debe tomar una decisión es muy frecuente recurrir, de manera instintiva, a la experiencia o al modo de actuar en el pasado ante una situación similar. El directivo o personas encargadas de tomar decisones recurrirán -de un modo automático- a su intuición para hacer frente al reto.
Por tanto, todos los parámetros tomados en cuenta por los deportistas para la toma de decisiones pueden aplicarse perfectamente a la empresa.
Para ello hazte estas dos preguntas:
1. ¿Cuál es la situación en la que tú o tu equipo queréis tomar mejores decisiones?
Existen muchos tipos de situaciones que requieren otros tantos tipos de decisiones. No es lo mismo abordar una situación de venta con un cliente habitual que tratar con un cliente nuevo; ni tampoco es lo mismo decidir una retribución previa a un ERE que posterior a la presentación de resultados positivos.
Cada situación requiere tomar decisiones específicas.
Por lo tanto, lo primero que debes hacer es acotar y definir con la máxima precisión la situación sobre la que se tomará la decisión.
2. ¿Cómo se decidió y qué resultados se consiguieron en anteriores decisiones parecidas?
Aquí es necesario hacer un esfuerzo consciente entre las personas de la empresa que tomaron esas decisiones para conocer sus resultados. Aunque lo ideal sería acudir al histórico para comprobar con mayor exactitud y rigor qué criterios se tomaron en cuenta a la hora de decidir cómo abordar esa situación y qué resultados se obtuvieron.
Por eso, en MindCompanySport ayudamos a directivos y mandos a que vinculen la decisión que tomaron con el resultado que les generó. Y eso se hace con lápiz y papel.
Anotar las acciones que se llevaron a cabo en la empresa en un momento determinado, y los resultados que estas generaron, nos permitirá conocer las métricas de partida en la que basarnos a la hora de tomar o no las mismas decisiones ante situaciones similares.
Conclusión
Tomar decisiones en la empresa y el deporte no es tan diferente. Podríamos decir incluso que, en la práctica, son semejantes.
Ambas consisten en analizar la situación a la que nos enfrentamos, obtener la máxima información posible sobre ella antes de actuar, y tomar una decisión guiada por nuestra intuición (esa a la que casi nunca hacemos caso y sin embargo es una de las mayores aliadas que podemos encontrar a la hora de tomar la decisión correcta).
En resumen, tres conductas medibles para mejorar la precisión y la calidad del proceso de toma de decisiones:
- Evaluación y recogida de información lo más objetiva posible.
- Utilizar el feedback del entorno (equipo, clientes, proveedores)
- Dejar que la intuición guiada decida sin interferir. Porque el problema principal no es tomar la decisión en tu empresa sino convencer al cerebro de que es la mejor de las opciones posible y pueda así, comprometerse con dicha decisión.
Y tú, ¿cómo abordas la toma de decisiones en tu empresa? ¿Utilizáis un proceso similar al que os acabamos de exponer o seguís otra tipo de metodología? ¿Qué resultados os ha reportado?