Tanto el mundo de la empresa como el mundo del deporte han dedicado una parte importante de su tiempo y esfuerzo a gestionar el rendimiento de otras personas. Sin embargo, el mundo del deporte tiene más experiencia que el de la empresa en dicha gestión. Y, para poder explicarlo, haremos una breve evolución histórica de ambos entornos.
Empecemos por la empresa y, para ello, debemos remontarnos al año 1760 en plena primera revolución industrial donde las personas ya empezaban a organizarse bajo una estricta disciplina y donde existían unos tiempos de trabajo que debían cumplir. De ahí pasamos a la segunda Revolución Industrial (1840) donde se empieza a concebir la idea de que los profesionales deben formarse si quieren adaptarse a su espacio de trabajo y quieren rendir más. En 1911, se empiezan a diseñar equipos con funciones determinadas y aparece la figura del supervisor, el cual dedica su tiempo a revisar el trabajo de su equipo y no a producir de manera directa. Pero no es hasta el año 1932 cuando se entiende que el rendimiento de los individuos es clave en el proceso productivo y se toman medidas para ello, realizándose los primeros estudios sobre conductas de rendimiento y condiciones de trabajo.
Vamos ahora con la evolución histórica del rendimiento desde el ámbito del deporte que comienza a partir del año 1846, cuando se juega el primer partido oficial profesional de béisbol. Es a partir de ésta fecha donde el rendimiento se considera clave ya que el béisbol no es sólo un juego, sino que se utilizan prácticas muy definidas para mejorar el rendimiento ya que hay una “necesidad de ganar” y no sólo de pasarlo bien. Si seguimos analizando cronológicamente, vemos que en 1863 se crea el código Cambridge el cuál se considera el inicio del fútbol como deporte profesional. En 1891 el profesor universitario James Naismith es responsable de la creación del deporte del baloncesto y los elementos competitivos del mismo. En 1896 se organizan los primeros juegos olímpicos modernos con nueve disciplinas individuales entre las que se encuentran tenis, tiro, ciclismo, natación y esgrima, entre otras.
Estableciendo una comparativa entre la búsqueda del rendimiento en el mundo de la empresa con respecto al del deporte, este último lleva una ventaja de más de 80 años. Es en el año 1932 cuando el mundo de la empresa se pregunta cómo puede hacer más para que los empleados rindan más y mejor en su puesto de trabajo sin aumentarle el número de horas ni endurecer las condiciones de trabajo. En ese momento, el mundo del deporte llevaba desde el año 1846 buscando para sus equipos herramientas medibles y observables de rendimiento entre las que se encuentra la más potente de ellas: el entrenamiento.