En deporte profesional, ningún entrenador rediseña un sistema de juego sin estudiar cómo juega hoy su equipo. Porque lo que ya se ejecuta bien es el punto de partida para cualquier mejora.
En la empresa, sin embargo, esta lógica no se aplica con la misma contundencia. Las decisiones de cambio en los procesos suelen tomarse desde la percepción («no estamos funcionando») o desde indicadores que no miden la ejecución real: son demasiado genéricos, o excesivamente quirúrgicos.
Y cuando se toma una decisión sin analizar cómo se está ejecutando el día a día, el cambio no suele consumarse. El motivo es claro: los responsables lo deciden, pero no lo juegan. El gap entre el gobierno de la empresa y la ejecución del sistema de gestión se hace enorme.
Desde Mindcompanysport, siempre arrancamos desde la ejecución actual y sus indicadores. La comparamos con la jugada definida en la pizarra (procesos y flujos) y es ahí donde aparece la información clave para mejorar:
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Qué partes se ejecutan bien y pueden aprovecharse.
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Qué ajustes necesita el sistema actual.
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Qué barreras reales existen en la operativa.
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Y sobre todo, qué nivel de compromiso tiene el equipo con su propia ejecución.
Si un equipo no participa en este análisis, no es por desconocimiento. Es por falta de compromiso. Y ahí, también toca decidir.
💬 La ejecución actual es el suelo donde entrenas la próxima mejora.