Modificar un sistema operativo (procesos y flujos de trabajo) tiene un riesgo enorme: puedes hacer saltar el modelo de negocio de tu empresa por los aires.
Es cierto, y muchos cometemos el error, de pensar que reorganizar un sistema de operaciones es la forma más «sencilla» de mostrar quiénes somos y nuestro valor como responsables, directores o líderes. Pero lo he dicho antes y lo repito aquí: liderar no es cambiarlo todo.
Las reglas del juego en los sistemas de trabajo
Los equipos tienen un rendimiento porque interactúan con las situaciones diarias y los procesos de trabajo, tomando decisiones constantes. Ese conocimiento no se puede pasar por alto, ni siquiera cuando creemos que lo tenemos «claro como el agua».
Para entenderlo mejor, veamos un ejemplo deportivo.
Cuando un nuevo entrenador llega al club
Un nuevo entrenador no llega a un equipo derribando su estructura, sino buscando un equilibrio entre lo que funciona y su propia metodología de trabajo. Hay un proceso claro:
1️⃣ Analizar el modelo de juego actual
- Antes de hacer cambios, debe comprender por qué ese sistema existe y cómo funciona en términos de rendimiento actual.
- Lo mismo ocurre en las empresas: antes de modificar un sistema operativo, hay que entender su lógica y los resultados que genera.
2️⃣ Definir el playbook con el equipo
- Un entrenador identifica las jugadas clave que compondrán el estilo de juego del equipo, asegurándose de que se adapten a sus jugadores.
- En el mundo corporativo, esto se traduce en ajustar los procesos y flujos de trabajo junto con el equipo, ya que son ellos quienes los ejecutarán.
3️⃣ Establecer el estilo de juego y sus adaptaciones
- Se definen las jugadas principales que marcarán el ADN del equipo y también las variaciones tácticas necesarias para situaciones imprevistas.
- En la empresa, esto significa tener un sistema sólido, pero también espacios de flexibilidad para adaptarse a los cambios.
4️⃣ Medir el rendimiento y los resultados
- En el deporte, esto se traduce en analizar estadísticas y KPIs como el xG (goles esperados), la posesión o la eficiencia en ataque.
- En la empresa, el equivalente son los OKR y KPIs que informan del rendimiento y los resultados obtenidos.
Liderar es saber jugar con las reglas y el equipo
Este enfoque exige algo más que una «gran capacidad de liderazgo». Requiere adaptabilidad, capacidad de transformación y evolución metodológica.
La clave del éxito no está en imponer una visión sin contexto, sino en saber trabajar con las reglas del juego y con el equipo que debe rendir bajo ellas.
🔹 ¿Cómo aplicamos este enfoque en MindCompanySport?
Nuestra metodología VET (Valor Estratégico del Talento) permite a equipos empresariales y deportivos optimizar su rendimiento sin perder su esencia, asegurando que cada ajuste en los procesos de trabajo sume valor real en la operativa diaria.