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Frecuencia en los procesos: la clave para que tu equipo compita en otra liga.

Tiempo de lectura: 2

Frecuencia en los procesos: la clave para que tu equipo compita en otra liga.

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¿Por qué algunas jugadas deportivas funcionan incluso cuando el rival sabe lo que va a pasar?
Porque se han ejecutado tantas veces, que el equipo domina cada detalle. Y eso, en las empresas, sigue siendo una de las claves más olvidadas: la frecuencia de ejecución.

En MindCompanySport trabajamos con esta idea desde hace años. A cada proceso lo llamamos “jugada”. Y cada jugada debe entrenarse hasta que el equipo la domine como si fuera un pase de memoria, una arrancada cronometrada o una táctica de córner sabida al milímetro.

Precisión: repetir para controlar

La frecuencia genera control.

Cada vez que se repite una jpugada, el equio afina decisiones, roles y tiempos. El proceso deja de ser teórico y pasa a ser ejecutable en la realidad, bajo presión y en cualquier situación.
Esto marca la diferencia entre un procedimiento que está escrito… y uno que se ejecuta con garantía.

Ejemplo deportivo: un sistema de saque en vóley playa practicado 100 veces, que evita errores forzados.
Ejemplo empresarial: un cierre mensual de clientes que se ejecuta cada mes igual, sin errores ni improvisaciones.

Velocidad: el rival no espera

Cuando se domina una jugada, las decisiones son más rápidas y los errores se reducen.
Esto eleva la productividad sin aumentar el esfuerzo. La ejecución fluye, los indicadores suben y el equipo siente que juega bien.

Ejemplo deportivo: un contraataque que se monta en segundos porque el equipo lo ha practicado cien veces.
Ejemplo empresarial: una gestión de quejas de cliente que se resuelve en minutos porque el equipo sabe perfectamente qué hacer y cómo.

Compromiso: lo bien hecho engancha

Cuando algo sale bien, queremos repetirlo.


En el deporte es evidente: el balón entra, el remo corta el agua sin resistencia, el coche toma la curva perfecto.
En la empresa, sin embargo, seguimos sin asociar ejecución con motivación.

Pero lo hemos comprobado: los equipos que ejecutan con precisión y rapidez se sienten más comprometidos, porque dominan su trabajo, ven resultados y disfrutan del impacto que generan.

Conclusión: sin frecuencia no hay rendimiento

Un equipo que ejecuta bien, ha repetido mucho.
Por eso, en nuestras sesiones de entrenamiento empresarial, no cambiamos los procesos. Los entrenamos. Los transformamos en jugadas que el equipo puede repetir, medir y mejorar.

La frecuencia no es rutina. Es ventaja competitiva.

Y si quieres que tu equipo compita en otra liga, ya sabes por dónde empezar.

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